11 de mayo

El diseminado pide al nuevo Plan General mejores conexiones, equipamientos, más seguridad y alumbrado

Estas sugerencias vecinales se han sustanciado en el último taller participativo del borrador del Plan General (el de mayor participación de todos los celebrados) que se llevó a cabo el jueves por la tarde, en el centro social de Los Girasoles, para abordar la problemática de la ciudad dispersa. La concejala de Urbanismo, Mariló Jordá, se ha mostrado muy satisfecha por la alta participación de la ciudadanía en este el proceso que ha resultado “muy productivo y  enriquecedor”. Para la edil, se trata de una participación real y efectiva porque es ahora, que aún no hay nada decidido, cuando realmente la ciudadanía puede influir en la construcción del futuro de nuestra ciudad”.

El diseminado ocupa 995 hectáreas, un 25% de la superficie del término municipal frente a las 235 hectáreas del núcleo urbano (6% de superficie del municipio). Se estima que existen 5.500 viviendas. La densidad de viviendas es de 5,5 viviendas/hectáreas, frente a las 89 viviendas/ha del núcleo urbano. 

Los participantes en el taller han expresado sus opiniones sobre las debilidades, fortalezas y, sobre todo, cómo desean que se mejore la zona para aumentar su calidad de vida. La tranquilidad de vivir junto al campo, sin apenas tráfico, disponer de un jardín o parcela donde poder realizar cultivos propios, o pagar menos por el metro cuadro de suelo que en el casco urbano, son algunos de los aspectos positivos que destacaron los participantes. Como debilidades plantearon, entre otras, que la cercanía entre usos residenciales y agrícolas y ganaderos les causa muchas molestias por olores, que los servicios de emergencia (ambulancias, bomberos, etc.) tienen muy difícil acceso debido al mal estado de muchos caminos y a la dificultad para localizar las viviendas y, entre otras, que apenas disponen de equipamientos básicos. 

El apartado de propuestas fue el más prolijo. Entre otras, reclamaron mejores conexiones con el casco urbano, equipamientos, más seguridad (vigilancia policial) y alumbrado, aumento de las frecuencias del transporte, mejora de la señalética, desbroce de los caminos, mejora de la calidad paisajística, limpieza de parcelas abandonadas, que no se expanda más este tipo residencial de ciudad dispersa y que no se mezclen usos, entre otras.

Una vez que el equipo redactor del planeamiento tomó nota de las peticiones vecinales, las arquitectas Leticia Martín y Esmeralda Martínez explicaron algunas de las propuestas previstas en el borrador del Plan. Entre otras se propone densificar la ciudad difusa, sin aumentar el suelo ya ocupado; promover y planificar nodos donde se implanten usos terciarios y dotacionales; establecer conexiones claras con puntos estratégicos del núcleo tradicional y la consideración de La Sendera como eje vertebrador y articulador del diseminado desde donde se propone nuevos ramales de comunicación.